Resumen

Si en el mundo en que vivimos, el agua se define por ser un bien escaso y necesario, indispensable para la vida y para la mayoría de las activi­dades económicas, en el ámbito concreto del Archipiélago Canario, las peculiaridades de su insularidad y situación geográfica, acentúan estas característi­cas hasta convertirse en un aspecto primordial de la sociedad canaria. En el caso concreto de Tenerife, la poca importancia cuantitativa de los aprovechamientos superficiales, ha traído consigo que tradicionalmente las ne­cesidades hídricas de la isla se hayan venido satisfaciendo en base a los recursos subterráneos. No obstante, el continuo empeoramiento de la calidad y la li­mitada cantidad de estas aguas han llevado a la obtención, con el apoyo de nuevas tecnologías, de recursos de tipo no convencional, que permiten:


• La mejora de la calidad de las aguas salobres provenientes de determinados acuíferos subterráneos.


• La desalación de las aguas residuales depuradas para su aprovechamiento agrícola.


• La potabilización del agua de mar para el abastecimiento de núcleos de población.


Los tres casos tienen en común la desalación como proceso fundamental, pero el procedimiento a adoptar variará según el origen del agua a tratar, sus características y la estructura del sistema hidráulico insular. En el Plan Hidrológico Insular de Tenerife (en lo sucesivo PHI), se estudian y eligen los procedimientos de desalación a emplear en cada caso. Se ha con­figurado así un subsistema insular de desalación, que consta de diecisiete estaciones de tratamiento de agua salobre distribuidas en el interior de la isla (con una capacidad de producción total de 77.000 m3/día), así como otras tres destinadas a la desalación de agua de mar en el litoral (con otros 77.000 m3/día conjuntos). Con ellas se conseguiría mejorar e incorporar en un futuro próximo, un volumen importante de agua de calidad al deficitario balance hi­dráulico insular; constituyendo, junto a la reutilización de aguas residuales depuradas, la respuesta clara a la progresiva disminución en cantidad y calidad de los recursos disponibles