Fernando Higueras. Desde el origen
FERNANDO HIGUERAS. DESDE EL ORIGEN
Del 28 de febrero al 12 de mayo de 2019, el Museo ICO en Madrid acogió la muestra Fernando Higueras. Desde el origen. Organizada la misma por la Fundación ICO en colaboración con la Dirección General de Arquitectura, Vivienda y Suelo del Ministerio de Fomento, la exposición fue una retrospectiva ilustrada con maquetas originales, fotografías, planos, audios con su voz y una recreación del que sería su estudio y vivienda Rascainfiernos, pues, a diferencia de un rascacielos, esta casa subterránea de doble altura es un cubo de 9 x 9 iluminado cenitalmente que se encuentra enterrado en el jardín de una vivienda en la que Higueras había vivido anteriormente. Estos materiales han sido seleccionados por la fotógrafa Lola Botia, comisaria de la exposición y presidenta de la Fundación Higueras ( www.fernandohigueras.org ), además de compañera del conocido arquitecto.
Iconoclasta, visionario, pintor, músico y fotógrafo, heterodoxo y poco o nada acomodaticio, el arquitecto Fernando Higueras (Madrid, 1930-2008) ha dejado como herencia en la historia de la arquitectura española un modo emocional de considerar la arquitectura desde su cualidad más esencial. Su polifacética formación artística le llevó, inicialmente, a desarrollar su obra arquitectónica acercándose a los postulados de los movimientos de la pintura de vanguardia. Luego, pasado el tiempo, iría sustituyendo esta estética por otra más racionalista y convencional, aunque manteniendo la complejidad profunda de sus geometrías habitadas, y tomando decididamente al arquitecto americano Frank Lloyd Wright como modelo de referencia.
Tras graduarse en 1959 por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid –su proyecto fin de carrera se publicó en la revista Nueva Forma– ganó el accésit del Premio Nacional de Arquitectura con uno de sus proyectos más interesantes: Diez Residencias de Artistas en El Pardo. En urbanismo y arquitectura consiguió también un sinfín de premios y reconocimientos, entre los más relevantes: la Primera y Segunda Medallas de Arquitectura en la Exposición Nacional de Bellas Artes, 1966; fue invitado como único arquitecto español para el Concurso Internacional Restringido para Edificio de Oficinas para la firma DOM, en Colonia (Alemania), 1980; Primer Premio del Concurso Internacional para el Ministerio de Asuntos Exteriores de Abu Dabi, 1980; invitado a la Bienal de Venecia, 1983. En 1983 fue seleccionado por el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España para optar al Premio Internacional de Arquitectura Pritzker.
En 1969 el Museo de Arte Moderno de Nueva York solicita su proyecto para urbanización de Lanzarote; y en 1998 se concedió al Hotel Las Salinas de Lanzarote (1973) la categoría de Patrimonio Artístico y Cultural de la isla de Lanzarote. En 2002 el Ayuntamiento de Madrid catalogó y protegió otras tres obras suyas: la sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España la Corona de Espinas (1965), el Colegio Estudio, Aravaca (1962), y la UVA de Hortaleza (1963).
Fernando Higueras pertenece a una generación de arquitectos madrileños que tenía conciencia de participar en un proceso renovado de la arquitectura española, no reconocía límites a su actividad arquitectónica y carecía de la memoria histórica de la generación que había elaborado las propuestas del Régimen en los años 40. Se trata de un verdadero relevo generacional marcado por las nuevas necesidades de apertura del franquismo, inmerso en pleno desarrollismo, y por las tentativas del sector cultural de reformar posiciones en el contexto de un proceso político sin expectativas de cambio. Un aspecto que comparten los arquitectos nucleados en torno a la Escuela de Madrid es el alto grado de pragmatismo, que cabría calificar de realismo. Las demandadas de la reconstrucción, las propuestas de colonización de nuevos territorios y, en general, la reorganización nacional, habían concentrado en Madrid organismos y actividades programadas para actuaciones a gran escala.
En ese momento surge en España un interés por las arquitecturas populares que en Higueras se traduce en interés por la relación entre naturaleza y arquitectura, un planteamiento, que le permitiría relacionar categorías primigenias, esenciales, intemporales. “He aprendido mucho de la arquitectura popular anónima, ya que es una infinita fuente de lecciones. Siempre he apreciado en esta la naturalidad, la adecuación, el orden y la funcionalidad, la lógica, la economía, además de la disciplina y la diversidad combinadas y armonizadas en un nivel que difícilmente encuentro en la arquitectura contemporánea”, afirmaba Higueras.
En 1960 Fernando Higueras realiza el primer trabajo con el concepto de la vivienda, concurriendo al concurso para el Premio Nacional de Arquitectura con el proyecto, mencionado más arriba, Diez residencias de artistas en el Monte de El Pardo. Este trabajo se publicó en múltiples revistas, tanto nacionales como internacionales. Las viviendas de artistas se convirtieron pronto en una de las constantes fundamentales de su obra. La arquitectura para habitar responderá a razones de economía de recursos materiales, de costes de ejecución y plazos, pero estará siempre impregnada de aspectos relacionados con el bienestar, con las sensaciones placenteras más elementales, y también con el mundo de los sueños de sus clientes: desde la casa de César Manrique en Camorritos (1962), pasando por las de los pintores Lucio Muñoz y López Villaseñor en Torrelodones (1963 y 1967, respectivamente), la de Andrés Segovia en Punta de la Nona (1967), o la de la actriz Nuria Espert en Alcocebre (1971). Son también notables las casas Arche en el Viso (1963), y Casa Santonja (1965) y La Macarrona (1976) en Somosaguas, o su propia casa subterránea el Rascainfiernos en Madrid (1975).
En 1961 consigue el Premio Nacional de Arquitectura con su proyecto para el Centro de Restauraciones Artísticas, la Corona de Espinas, en la Ciudad Universitaria de Madrid, en colaboración con Rafael Moneo y Luis Roig d’Alós. Una obra definitiva en su trayectoria será la construcción del Colegio Estudio en Aravaca (1962), de donde parten todos los invariantes de arquitecturas posteriores. En este colegio empieza a desarrollar sus propuestas de diseño de mobiliario e interiorismo, que seguirá ampliando en toda su obra.
Uno de los grandes hitos en la carrera de Higueras en esta etapa fue, sin duda, la construcción de las viviendas para la Unidad Vecinal de Absorción en Hortaleza (1963), un exponente característico de la actuación pública en materia de vivienda de primera necesidad. El proyecto de las Viviendas para el Patronato de Casas Militares (1967-1975) en la glorieta de Ruiz Jiménez de Madrid es, por su parte, un caso particular del planteamiento de arquitectura para habitar. La manzana original fue transformada en una modalidad peculiar de propuesta urbanística en la que todos los requerimientos encontraban respuesta: fachadas públicas para vías abiertas, conexión de tráfico y usos de aparcamiento, vía interior de tráfico y zona ajardinada.
En 1963 recibe el encargo de un Plan de Ordenación y Urbanización en Playa Blanca, en el sur de Lanzarote. Viaja a la isla junto a César Manrique y encuentra una riqueza de elementos naturales para el desarrollo de su trabajo que le llenan de entusiasmo: La Geria, con su picón y el verde de la vid, playas negras, paisaje lunar lleno de volcanes, el color de las aguas, etc. Su propuesta de respeto absoluto al entorno se traduce en la no intervención en el shamnghaipaisaje. Más tarde realizaría sus planteamientos para la Ciudad de las Gaviotas en el Risco de Famara y de Montaña Bermeja y la obra maestra del Hotel Las Salinas en Lanzarote, referente turístico de arquitectura al borde del mar. Sus trabajos en la isla y en la Costa del Sol alcanzarían gran repercusión mediática e influirían en la plástica arquitectónica del momento dentro y fuera de nuestro país. Además, en 1969 fue invitado por el Principado de Mónaco al concurso internacional restringido de un edificio polivalente en Montecarlo.
En 2001 se deshace el gran estudio de la avenida de América, 14, y lo traslada a su vivienda, el ya famoso Rascainfiernos. Son años de creatividad con proyectos tan atrevidos como su propuesta para la Zona Zero de Nueva York o el Rascacielos Horizontal para Shanghái. En 2007, Fernando Higueras constituye la fundación que lleva su nombre y que desde entonces mantiene viva su presencia.
Con toda razón dijo un sorprendido Andrés Segovia, al ser informado que Fernando Higueras había rechazado una beca para estudiar a su lado, que “la arquitectura ganará un gran arquitecto, pero la música pierde un gran guitarrita”. En efecto, así fue.