Función de estado de evolución de trazadores, φ (u, e, t), aplicada a una función de potencia que describe las etapas de la turbulencia
Resumen
A partir de la segunda mitad del siglo XX, particularmente debido al impulso dado por los avances científicos de la posguerra, apare- cieron ciertos “paradigmas cruciales”(Khun, 1971), que disputarían la supremacía del entendimiento de la naturaleza, en particular el des- cubrimiento del caos como manifestación de las inestabilidades no lineales en los sistemas dinámicos a escala humana (Prigogine, 1996), y la renuncia a la centenaria concepción aristotélica de la ciencia, que suponía que partiendo de las partes más básicas se podría construir todo el mecanismo superior (principio reduccionista).
Antes se aceptaba que los sistemas físicos reales, con pocos grados de libertad, eran por definición una explicación simple, determinista y reversible, y que la complejidad solo era un subproducto de nuestra limitación para desagregarla (Nicolis y Prigogine, 1997); y que la par- tición analítica consecutiva hacia lo más pequeño y esencial era un punto de partida seguro para entender fenómenos intrincados, como la turbulencia, por ejemplo. Nada más lejos de la realidad, como en su momento mostró el premio Nobel de 1977 P.W. Anderson (Anderson, 1972, 1995), quien acuñó el lema de la corriente construccionista (o “emergente”): “Más es diferente” (Miller, 2015). Con esta óptica, en este artículo se plantean ciertas funciones de naturaleza termodinámica, basadas en un conjunto pequeño de números nobles de naturaleza universal, que permiten mirar la turbulencia, la dispersión y el caos, de forma unitaria.