Resumen

A mediados de los años 30 la Junta de Obras del puerto de Santander contaba con las dragas de rosario “Santander” y “ Osa” y de succión “Cantabria”. Después de 1939, estas unidades, junto a otros equipos que se incorporaron, como las dragas “Somo” y “Guipúzcoa” y las de tipo “Priestman”, posibilitaron la recuperación de los calados del puerto . La década de los 50 supuso la ejecución de los dragados por contrata, como el importante dragado general de la Canal y el dragado en roca entre las boyas existentes frente a la playa de la Magdalena. En los 60 se efectuó una reordenación de las dragas propiedad del Estado. A Santander se incorporó la draga de succión “Consulado de Bilbao” y la draga “Somo” se destinó a Burriana. Durante esa década se adquirieron modernos nuevos equipos, como el tren de rosario “Loreto” y la draga de succión en marcha “Virgen de la Peña”. En 1978 finalizó la importante “Ampliación y mejora de caladas de la canal principal”, ejecutada por contrata, cuya realización conllevó delicadas voladuras previas de los fondos. En la década de los 70 se dragaron más de 10 millones de metros cúbicos, volúmenes no superados en las décadas siguientes. Los 80 fueron testigos del comienzo del desarrollo portuario de Raos y de un nuevo “Dragado general de la canal” para conseguir calados de hasta 12 metros. En la obra intervino la draga de cortador más potente de la época. Con el amarre y baja de las dragas “Loreto” ( 2003) y “Virgen de la Peña” (1999) los dragados de mantenimiento del puerto empezaron a contratarse a empresas dragadoras privadas.