Resumen

El notable incremento que ha experimentado en las últimas décadas la red viaria española, ha llevado a que
algunas de las nuevas infraestructuras se construyan de forma más o menos paralela a otras ya existentes, constituyendo los denominados corredores de infraestructuras. Ante esta situación, y en un contexto en el cual cada vez cobra mayor importancia la necesidad de minimizar el impacto ambiental de estos proyectos, se plantean nuevos interrogantes destinados a entender cómo afectan las nuevas construcciones sobre la fauna del entorno o si la presencia de una nueva vía pudiera condicionar la efectividad de las medidas correctoras implementadas en la infraestructura existente.
Con el objetivo de tratar de resolver parte de estas incógnitas se planteó el presente estudio. Para ello, se seleccionó un tramo de la autovía A-40 en Cuenca, en cuyo entorno estaba planificada la construcción de la línea ferroviaria de alta velocidad (LAV) Madrid-Levante. A lo largo de cuatro campañas, completando un ciclo estacional anual, se realizó el seguimiento de la utilización por la fauna de un total de 30 estructuras transversales a la autovía A-40. Se emplearon dos métodos de control: el registro de huellas y un sistema fotográfico automático. El estudio se inició simultáneamente a la fase de licitación de la LAV y finalizó
en la fase de obras, lo cual permitió comparar los resultados previos a las obras con los obtenidos durante dicha fase.
Los resultados no mostraron un efecto significativo de las obras de la LAV sobre las especies que utilizaban las estructuras de la autovía A-40. Sin embargo, los factores de diseño como el tipo de paso y la localización de los mismos fueron los más determinantes.