Resumen

El agua como todo bien que día a día se muestra más escaso, constituye un bien económico, y por lo tanto susceptible de variación en su precio. Esta característica obliga a que seamos sumamente cuidadosos a la hora de consumirla o usarla. Conscientes de su importancia, ya filósofos an­teriores a Sócrates la incluían junto a la tierra, el hombre y el dinero como uno de los cuatro elemen­tos básicos de la prosperidad. Thales de Mileto veía en el agua el origen de todas las cosas y el gran Leonardo da Vinci la llamaba "sangre de la naturaleza".