Resumen

Las basuras marinas son un problema global que afecta a todos los océanos del mundo, con efectos ambientales, económicos, sobre la
salud y estéticos debidos a malas prácticas en la gestión de residuos sólidos, infraestructuras, actividades y a comportamientos humanos indiscriminados
y una insuficiente concienciación ciudadana sobre las consecuencias potenciales de sus acciones (UNEP, 2009).
La Directiva marco sobre la estrategia marina (2008/56/CE) incluye entre los 11 descriptores del estado ambiental del medio marino el
D-10, sobre la basura marina y establece que el buen estado ambiental se logra sólo cuando “las propiedades y cantidades de basura marina
no causan daño al medio ambiente costero y marino”.
Dentro del proceso de desarrollo de las estrategias marinas españolas en cumplimiento esta Directiva y de la Ley 41/2010 de protección
del medio marino que la traspone a nuestro ordenamiento jurídico, se ha diseñado y puesto en marcha el Programa de seguimiento de basuras
marinas para las 5 demarcaciones marinas españolas. Este programa está constituido por 7 subprogramas, dos de los cuales se centran
en las playas: el subprograma BM-1 “Basuras en playas” y el subprograma BM-6 “Microplásticos en playas”.
El presente artículo resume la manera en la que se están realizando ambos subprogramas y los resultados más destacados obtenidos
desde su puesta en marcha.

1. SUBPROGRAMA BM-1: BASURAS EN PLAYAS

A la hora de diseñar cualquier programa de seguimien-to resulta de importancia capital establecer claramente su objeto y, en este sentido, es imprescindible definir qué cabe entender como “basura marina”. Tanto a nivel nacional como, en el plano internacional por parte de los Convenios Regionales para la protección del medio marino de los que España es parte contratante, se ha adoptado la definición del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Am-biente:

“La basura marina es cualquier material sólido persis-tente, fabricado o procesado, desechado, eliminado o aban-donado en el medio marino y costero. Consiste en objetos que han sido fabricados o utilizados por el ser humano y desechados deliberadamente en el mar, los ríos o en las pla-yas. Pueden llegar indirectamente al mar a través de ríos, aguas residuales, aguas pluviales o vientos o ser acciden-talmente perdidos, incluyendo pérdidas en el mar por mal tiempo (artes de pesca, carga) o abandonados delibera-damente por las personas en las playas y costas” (UNEP, 2005).

Es importante resaltar, de acuerdo con esta definición, que todos aquellos objetos de origen natural que pudieran aparecer en las playas, como residuos vegetales, cadáveres o restos de animales o incluso las heces, no son considera-dos basuras marinas.

También resulta de gran importancia a la hora de es-tablecer un Programa de seguimiento conocer cuál es el objeto del mismo. En el caso de las basuras marinas en general, su diseño, realización y evaluación periódica de resultados el objetivo es idéntico al del resto de Progra-mas puestos en marcha dentro de la implementación de la Directiva 2008/56/CE por la que se establece un mar-co de acción comunitaria para la política del medio ma-rino y la Ley 41/2010, de 29 de diciembre, de protección del medio marino y, tal como establece la propia Ley, no es otro que evaluar permanentemente el estado ambien-tal del medio marino y, en última instancia, conocer si se han conseguido los objetivos ambientales y el buen estado ambiental establecidos en el acuerdo de Consejo de Ministros de 2 de noviembre de 2012 (BOE de 27 de noviembre).

En este sentido, el Buen Estado Ambiental (BEA) se de-fine como aquel en el que la cantidad de basura marina, in-cluyendo sus productos de degradación, en la costa y en el medio marino disminuye (o es reducido) con el tiempo y se encuentra en niveles que no dan lugar a efectos perjudi-ciales para el medio marino y costero.

Si bien, pues, en el ámbito de las Estrategias Mari-nas Españolas no se ha incluido un criterio cuantitativo para evaluar la consecución del BEA, en la Comuni-cación SWD(2014) 206 de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Eu-ropeo y al Comité de las Regiones “Hacia una economía circular: un programa de cero residuos para Europa” y para abordar los retos concretos en materia de residuos, la Comisión Europea propone un objetivo indicativo de reducción de la basura marina para 2020, fijado en el 30 % de los diez tipos más comunes de esa basura que se encuentran en las playas y en los artes de pesca del mar, adaptándose esa lista a cada una de las cuatro regiones marinas de la UE.

Queda, pues, meridianamente claro que uno de los ob-jetivos de este subprograma debe ser el establecimiento de cuáles son, en nuestro área geográfica los 10 tipos más co-munes de basura marina en las playas y, en base a los re-sultados estadísticos obtenidos para los mismos, conocer si en el año 2020 se ha conseguido el porcentaje de reducción propuesto por la Comisión Europea.

Desde el año 2001, España venía participando en el Programa Piloto de vigilancia de basuras marinas del Con-venio OSPAR en el que paulatinamente llegó a incorporar hasta 6 playas de nuestro litoral atlántico (tanto en el Can-tábrico como en el Golfo de Cádiz). La experiencia acu-mulada en aquel Programa Piloto permitió establecer por parte del Convenio una metodología estandarizada para la realización de este tipo de seguimiento (OSPAR Agree-ment 2010-02) y la elaboración de unas Directrices porme-norizadas que incluyen una guía fotográfica que ayuda a los observadores para la clasificación de los diferentes ob-jetos detectados en las campañas de reconocimiento (OS-PAR, 2010).

En el año 2013 se decidió la extensión de estas ac-ciones a toda la costa española, incluyendo playas en el litoral mediterráneo y Canarias, conformándose así, de manera oficial el subprograma BM-1, que incorpora así playas de las 5 Demarcaciones marinas, hasta un total de 26.

1.1. Playas incluidas en el subprograma

La metodología utilizada para la selección de las playas fue, con ligeras adaptaciones, la establecida por OSPAR y que, de manera resumida, se realiza de acuerdo a los si-guientes criterios

  1. Estar compuestas por arena o grava y expuestas a mar abierto.
  2. Estar visualmente o frecuentemente cubiertas por basura marina
  3. Tener más de 1 Km de longitud
  4. Ser accesibles para facilitar la retirada de basura marina
  5. No estar localizadas cerca de una fuente de residuos (p. ej. ríos).
  6. Estar incluidas en actividades relacionadas con la basura marina en el país participante

Como criterio general, se intentó la inclusión den-tro del subprograma de una playa por cada una de las provincias litorales, si bien para dar continuidad a los datos recabados con anterioridad (Programa piloto de OSPAR), en las provincias de A Coruña y Cádiz se inclu-yeron finalmente 2 playas. Asimismo, se tuvo en cuenta que, en la medida de lo posible, las playas incluidas en el programa no fuesen objeto de limpieza de la arena por parte de los servicios municipales, o al menos la mis-ma estuviese restringida únicamente al periodo estival. Dada la dificultad de encontrar en todas las provincias playas idóneas que reunieran la totalidad de los ante-riores requisitos, en la selección se optó por seleccionar, dentro de cada provincia, aquella que reuniese el máxi-mo de ellos.

Si bien desde el inicio del subprograma y de acuerdo con los resultados y dificultades encontradas para la rea-lización de las campañas en un número muy limitado de playas fue necesario hacer algún reajuste (por ejemplo, cambio de ubicación de la playa de Cantabria por cuanto la elegida inicialmente era exhaustivamente limpiada a diario desvirtuándose los resultados), desde el año 2015 tanto las playas incluidas como, dentro de las mismas, el área donde se llevan a cabo los recuentos de basura resultan invaria-bles y son las incluidas en la tabla 1 y figura 1.

Figura 1. Ubicación de las playas incluidas en el subprograma BM-1.

Figura 1. Ubicación de las playas incluidas en el subprograma BM-1.

1.2. Metodología de muestreo

Al objeto de evaluar las posibles diferencias estacio-nales, cada una de las playas es objeto de 4 campañas de inspección por año, ajustándose lo máximo posible a los si-guientes intervalos de fechas:

  1. Invierno: entre el 15 de diciembre y el 15 de enero.
  2. Primavera: abril.
  3. Verano: entre el 15 de junio y el 15 de julio.
  4. Otoño: entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre.

Cada campaña de inspección incluye el recuento y re-tirada de todos los objetos visibles sobre un transecto de 100 metros de playa y una segunda inspección, en este caso sobre una longitud de 1.000 metros, que abarca el anterior y en la que únicamente se consideran aquellos objetos de una dimensión mayor de 50 cm en alguno de sus lados (figura 2).

El protocolo de muestreo de la franja de 100 metros de largo incluye 115 objetos diferentes (ítems), que están divi-didos en 11 grandes tipologías según su composición, uso específico u otras características.

El protocolo de muestreo de la franja de 1 Km es más simple y detalla 22 ítems de grandes objetos de basura ma-rina, agrupados en 5 tipologías según el tipo de material que los compone.

Por cada una de las campañas de inspección y transec-to, los observadores proceden a cumplimentar un estadillo que, una vez validado por los técnicos de los Servicios Cen-trales de la DGSCM, alimenta una base de datos sobre la que se realizan los cálculos estadísticos.

Figura 2. Detalle de los dos transectos realizados en una campaña.

Tabla 2. Tipologías de objetos contabilizados en cada transecto

Todas las campañas son realizadas por personal pro-pio de la DG de Sostenibilidad de la Costa y del Mar, excepto en el caso de la playa de Rodas, ubicada en el in-terior del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, en la que son realizadas por su propio personal. Cada una de ellas es realizada habitualmente por un mínimo de 2 personas y siempre se realiza sobre el mismo tramo de la playa, por lo que además de adquirirse las coordenadas por GPS de los puntos de inicio y final de cada transecto, tales pun-to están marcados de manera clara (en general como una marca indeleble sobre el muro de la playa, un poste de se-ñalización, etc).

1.3. Campañas realizadas

En las cuatro anualidades completas para las que se cuenta ya con resultados del subprograma se han realiza-do un total de 399 campañas, lo que supone que a lo largo de estos 4 años únicamente se haya dejado de realizar las campañas inicialmente programadas en 11 casos que res-ponden, fundamentalmente, a falta de medios de personal en la mayoría de las ocasiones o, en el caso concreto de la playa del Prat de Llobregat, inicialmente ubicada dentro de una zona protegida aunque en 2015 se modificó levemen-te su ubicación, a razones de protección ambiental ya que una de las campañas estacionales coincide con la época de anidamiento de una especie protegida de ave marina (Cha-radrius alexandrinus ó Chorlitejo patinegro) que podría quedar perturbada por la presencia en la zona del personal encargado de la realización de los muestreos.

Se han realizado, pues, en cada una de las playas que se incorporaron al programa, el número de campañas inclui-do en la tabla 3.

Tabla 3. Campañas realizadas en cada playa

Se han realizado, pues, en cada una de las playas que se incorporaron al programa, el número de campañas inclui-do en la tabla 3.

1.4. Resultados obtenidos

En las campañas realizadas se han contabilizado en los transectos de 100 m un total de 128.200 objetos de basura marina. Esto vendría a representar, para el total de playas, una media de 321 objetos de basura marina. No obstante a lo anterior y tal como se refleja en la figura 3, las abundan-cias medias por playa resultan significativamente diferen-tes, variando entre un máximo de 1.075 objetos en la playa de Marenys (Valencia) y un mínimo de 43 en las playas de Covas (Lugo) y Es Trenc (Baleares).

Realizado el análisis de los datos obtenidos por Demarca-ciones marinas, tal como puede observarse en la figura 4, las máximas abundancias medias de basuras marinas se han de-tectado en las Demarcaciones noratlántica y levantino-balear (387 y 379 objetos respectivamente) mientras que la mínima corresponde con la sudatlántica (160 objetos por campaña).

Con importante diferencia, los objetos de plástico (in-cluyendo poliestireno) han resultado ser los más frecuentes para el total de playas y representan el 69% de la basura contabilizada. Los objetos de papel/cartón (12%) y resi-duos higiénico-sanitarios (7%) aparecen como menos fre-cuentes y los del resto de materiales (metal, vidrio, etc) constituyen, en su conjunto, menos del 12%.

En lo que hace referencia a las variaciones estacionales, la máxima cantidad de basuras se contabilizó en otoño, con una media de 379 objetos/playa y la mínima en verano, con un valor medio de 253. Estos resultados se encuentran muy influidos por el hecho de que nuestras playas son objeto, durante la temporada de baño, de operaciones de limpieza por los servicios municipales.

El conocimiento de los tipos concretos de objetos más frecuentes resulta de gran importancia para poder eva-luar las medidas encaminadas a la reducción de basuras marinas establecidas tanto a nivel nacional (Programa de medidas de las Estrategias marinas) omo europeo (p. ej. la Comunicación SWD(2014) 206 de la Comisión al Parlamento europeo, al Consejo, al Comité económico y social europeo y al Comitée las regiones Hacia una eco-nomía circular: un programa de cero residuos para Euro-pa, que propone un objetivo indicativo de reducción de la basura marina para 2020,fijado en el 30 % de los diez tipos más comunes de esa basura que se encuentran en las playas).

Figura 3. Abundancias medias por playa (transectos de 100 m).

Figura 4. Abundancias medias por Demarcación marina (transectos de 100 m).

Figura 5. Tipologías de basura marina (transectos de 100 m).

Figura 6. Variaciones estacionales.

Tabla 4. Top X de objetos más frecuentes

Habitualmente se venía trabajando, a efectos estadís-ticos, con una lista reducida, en general de los 10 objetos más frecuentes que aparecían en las playas (el denominado Top10). Sin embargo, en los últimos tiempos se conside-ra que el análisis no debe limitarse a un número predeter-minado de objetos sino a aquellos que representen, como mínimo el 80% de la basura detectada, pasando entonces a denominarse TopX.

Realizado el análisis de frecuencias para el total de las pla-yas incluidas en el subprograma, resulta que para alcanzar el 80% de la basura contabilizada resultaría necesario, en nues-tro caso, tener en consideración hasta 19 tipologías de objeto. Tal y como se refleja en la tabla 4, los que se han presenta-do más frecuentemente fueron los fragmentos de plástico, colillas, cuerdas y cordeles (de diámetro inferior a 1 cm), ta-pas y tapones de plástico y soportes de bastoncillos de algo-dón, que en su conjunto representan casi el 60% de la basura.

1.5. Análisis de fuentes

Las fuentes de basuras marinas que llegan a las playas es, en general, difícil de evaluar. A nivel global se ha veni-do estimando que el 80% proceden de actividades en tie-rra firme (ya sea directamente, a través de ríos o aguas de escorrentía, por deposición atmosférica, etc) mientras que el 20% restante procede de actividades humanas en el mar como la pesca o la navegación. El principal problema de las metodologías empleadas para cuantificar la importancia del diferente tipo de fuente es que un objeto concreto pue-de tener más de un origen. Tanto en el Convenio OSPAR como en el grupo de trabajo de la Unión Europea sobre ba-suras marinas se está actualmente trabajando en mejorar las metodologías de evaluación, por ejemplo mediante la aplicación de enfoques basados en probabilidad.

Por el momento y a la espera de desarrollarse mode-los más robustos en un futuro próximo, el MAPAMA viene empleando en sus informes anuales el método desarrollado por OSPAR y que, básicamente consiste en asignar a cada uno de los 115 tipos de objetos contabilizados una de las siguientes fuentes:

Figura 7. Fuentes de las basuras marinas.

Así, a modo de ejemplo, las nasas o las cajas de pescado se asignan a la pesca; los bastoncillos de algodón, compresas, tampones, etc a instalaciones sanitarias; las colillas, botellas de plástico o latas de bebida al turismo y palés, bidones de aceite o cintas de embalaje al transporte marítimo. Dentro de la cate-goría “Otro” se incluyen aquellos objetos cuyo origen no pue-da ser asignado a alguna de las anteriores categorías o aquellos que puedan corresponderse con más de una fuente.

Aplicado este enfoque a los datos disponibles, resulta que, tal y como se refleja en la figura 7, la fuente “otro” es la que resulta mayoritaria, si bien este resultado refleja, fun-damentalmente, objetos cuya procedencia pueda respon-der a más de un origen.

De entre los objetos para los que puede identificar-se con claridad un origen concreto, es el turismo el que contribuye de manera más significativa a la aparición de basuras en las playas, explicando un 28% de los objetos contabilizados.

1.6. Análisis de tendencias de la abundancia de basura

De acuerdo con la metodología utilizada por OSPAR, para el análisis de las posibles tendencias temporales en la abundancia de basuras marinas, se utiliza el test no pa-ramétrico Mann-Kendall, que resulta muy utilizado para el análisis de datos climáticos e hidrológicos.

El principal inconveniente es que la serie de datos re-querida debe, además de ser continua en el tiempo a inter-valos prefijados, contener información de, al menos 6 años. Esto hace que con las serie temporales de las que se dispone dentro del subprograma, únicamente resulte posible reali-zar este análisis para aquellas playas de las que se disponía de información previa procedente del Programa piloto de OSPAR, es decir, las playas de Vega, O Rostro, Razo-Bal-daio, A Lanzada y Valdevaqueros.

Como datos de entrada para el análisis se utilizó la me-dia anual del número total de objetos contabilizados en la playa, si bien únicamente se cuenta con la serie tem-poral completa en los casos de las playas de O Rostro y Razo-Baldaio por cuanto en las otras tres en el año 2012 no se realizaron campañas debido a problemas logísticos.

Los resultados obtenidos, que cabe considerar única-mente como una primera aproximación, vienen a indicar que, tal como se refleja en la tabla 5 y la figura 8, la ten-dencia es estable en los casos de Vega, O Rostro y A Lanza-da, parece existir una ligera tendencia creciente en el caso de Razo-Baldaio y, por último, no resulta posible establecer tendencia alguna en el caso de la playa de Valdevaqueros.

Tabla 5. Resultados del test de Mann-Kendall

Figura 8. Tendencias en la abundancia de basura por playa

2. SUBPROGRAMA BM-6: MICROPLÁSTICOS EN PLAYAS

A diferencia del seguimiento de macrobasuras, para la cuantificación de microplásticos no se contaba con meto-dologías estandarizadas. En 2013, el grupo de trabajo de la Comisión Europea (TSG-ML) hizo una propuesta de se-guimiento, que fue la utilizada en la fase inicial del subpro-grama español, llevada a cabo entre 2015 y primer semestre de 2016.

Uno de los objetivos iniciales a la hora de diseñar este subprograma fue el conocer la posible correlación exis-tente entre la presencia de macrobasuras en las playas y la abundancia de microplásticos. Por tal motivo, aquella pri-mera fase inicial se intentó llevar a cabo en las mismas pla-yas incluidas en el subprograma BM-1. No obstante, desde el primer momento hubo de descartar algunas playas por cuanto su composición granulométrica, constituida por gravas o arenas gruesas imposibilitaba llevar a cabo el muestreo, tamizando in situ la muestra de arena tal y como incluía la metodología del TSG-ML, con independencia de que los factores hidrodinámicos que imposibilitan la depo-sición de arenas finas harán imposible también la deposi-ción allí de partículas menos densas que la arena como son los microplásticos.

Además de lo anterior, se detectaron en aquella meto-dología tres aspectos que resultaban claramente mejora-bles:

  1. Dificultad de realizar un tamizado in situ, con arena húmeda, de un volumen superior a 10 kg de muestra, optándose por la recogida de la muestra de arena y transporte al Laboratorio de Calidad del medio ma-rino del CEDEX donde se llevó a cabo el procesado total de las muestras, incluyendo el tamizado.
  2. La metodología del TSG-ML incluía la toma de dos submuestras de arena, una dentro de un cuadrado de 50 x 50 cm para la cuantificación de partículas de tamaño comprendido entre 1 y 5 mm (que era para la que se recomendaba el tamizado in situ) y una se-gunda muestra bruta de un volumen de unos 250 ml, para la que no se contaba con referencia alguna de superficie representada. Esto hacía imposible el ex-presar los resultados por unidad de superficie.
  3. El volumen de muestra procesada para la fracción inferior a 1 mm resultaba muy escasa por lo que la resolución del método no parecía adecuada.

Los resultados obtenidos en aquella primera fase inicial permitieron la selección de las playas sobre las que llevar a cabo el programa de seguimiento rutinario, partiéndo-se siempre de la base de que debía contener, al menos, una playa por Demarcación marina, así como el establecimien-to de la metodología definitiva para el muestreo y análisis de laboratorio.

A diferencia del subprograma BM-1, se decidió que los muestreos para el seguimiento de microplásticos se realiza-ran dos veces por año, en los periodos correspondientes a las campañas de primavera y otoño de cada año natural de las campañas para el seguimiento de macrobasuras.

Con este planteamiento general, el subprograma BM-6 comenzó a ejecutarse en el otoño de 2016, siendo tanto los muestreos como análisis ejecutados por personal técnico del CEDEX con la única excepción de la toma de muestras en la playa de Rodas, que es realizada por personal del Par-que Nacional de las Islas Atlánticas en el que se ubica.

2.1. Playas incluidas en el subprograma

Los resultados obtenidos en la fase inicial del subpro-grama permitieron seleccionar un conjunto restringido de playas, descartándose aquellas en las que en la misma no se detectó la presencia de microplásticos y añadiéndo-se algunas que, no incluidas en el subprograma BM-1, se encontraban en zonas potencialmente más afectadas por su presencia por su proximidad a las fuentes o en zonas de acumulación debido a la circulación oceánica.

Tabla 5. Playas incluidas en el subprograma BM-6

Figura 9. Ubicación de las playas incluidas en el subprograma BM-6.

Con independencia de que en el futuro y de manera gradual pudieran ser incluidas en el subprograma un ma-yor número de playas, las incluidas en el mismo fueron las que se incluyen en la tabla 6 y cuya distribución geográfica se indica en la figura 9.

2.2. Metodología de muestreo

En cada una de las playas incluidas en el subprogra-ma se toman 5 muestras de arena ubicadas, cuando la mis-ma playa es utilizada para el subprograma BM-1 dentro del transecto de 100 metros utilizado en el mismo. Las estacio-nes se posicionan con ayuda de GPS en el centro, los extre-mos y 1/4 de su longitud en cada orientación, en todos los casos utilizando un marco de 50 x 50 cm que se dispone so-bre la línea de la última pleamar.

Figura 10. Ubicación de estaciones de muestreo y marco utilizado para el mismo

Cada muestra se corresponde con el cm superficial de la arena, siendo trasvasada directamente con ayuda de una paleta metálica a envases de capacidad suficiente e inme-diatamente enviadas para su procesado en el Laboratorio de Calidad del Medio Marino del CEDEX.

2.3. Metodología analítica

La figura 11 incluye un esquema de todo el proceso que siguen las muestras que, de manera resumida pasa por las siguientes etapas:

Figura 11. Esquema del procesado de muestras en laboratorio.

  1. Secado de la muestra.
  2. Pesado de la muestra completa seca
  3. Tamizado de la muestra completa (unos 2,5 l) a tra-vés de 5 mm para retirar todo el contenido de la muestra que no pueda ser considerado microbasura o arenas. Pesada de la masa retenida
  4. Tamizado a través de 1 mm
  5. Recogida, con ayuda de lavado, de lo retenido en el tamiz de 1 mm. Paso de todo este material a sepa-ración por flotación en solución saturada de NaCl para la determinación de partículas de tamaño com-prendido entre 1 y 5 mm. Filtración por membrana y paso a placa Petri de la membrana.
  6. Recogida de una alícuota de 200 g del material que pasa por el tamiz de 1 mm previa homogeneización. Paso de todo este material a separación por flotación en solución saturada de NaCl para la determinación de partículas de tamaño inferior a 1 mm, realizándose tres extracciones consecutivas para asegurar la retirada de todas las micropartículas flotantes. Fil-tración por membrana y paso a placa Petri de la membrana.

Se realiza el recuento de las partículas de microplásti-cos retenidas en las dos membranas de filtración corres-pondientes a cada muestra mediante una lupa binocular con un ocular micrométrico acoplado que permite la me-dida del tamaño de las partículas. En nuestro caso se em-pleó una lupa binocular de hasta 80 aumentos, provista de un ocular micrométrico 10:100, en el que a máximo au-mento el intervalo entre subdivisiones menores correspon-día a 25 micras.

Para la clasificación por tamaños se utilizan los siguien-tes rangos: meno a 200 μm, 200-400 μm, 400-600 μm, 600-800 μm, 800-1000 μm, 1-2 mm, 2-3 mm, 3-4 mm y 4-5 mm. Se considera siempre como longitud de la partícula la lon-gitud máxima de ésta, independientemente de su forma y, como datos complementarios, se anota su forma y color.

2.4. Resultados obtenidos

Por el momento se cuenta únicamente con los resulta-dos de la primera campaña, realizada en el otoño de 2016, habiéndose detectado una alta variabilidad en las concen-traciones de microplásticos presentes en la arena de las diferentes playas, que oscilan, tal y como se refleja en la fi-gura 12, entre 3 y 61 partículas/kg (35-542 partículas/m2). Resulta interesante destacar que mientras que en las pla-yas correspondientes a las Demarcaciones Noratlántica, Sudatlántica y Estrecho y Alborán el tamaño de partículadetectado fue casi exclusivamente inferior a 1 mm, en la Levantino-balear y Canaria aparecen también partículas de tamaño comprendido entre 1 y 5 mm, que en su ma-yor parte se relacionan con pellets de pre-producción de la industria del plástico y son claramente mayoritarios en la playa de Famara.

Figura 12. Concentración de microplásticos. Otoño 2016.

Figura 13. Forma de partícula. Otoño 2016

Figura 14. Color de partícula. Otoño 2016.

Resulta interesante señalar, a la hora de interpretar los anteriores resultados, que mientras que las altas concentra-ciones de pellets detectadas en las playas de La Pineda y Cal Francés pudieran corresponderse con pérdidas accidenta-les de la industria del plástico que, de manera mayoritaria en España se concentra en aquella zona geográfica, tal in-dustria es absolutamente inexistente en el caso de Canarias por lo que la altísima concentración detectada en la pla-ya de Famara únicamente cabe explicarla por el transpor-te oceánico originado por la corriente de Canarias desde zonas de potencial acumulación en el centro del Atlántico (Cozar et al, 2014).

En lo que hace referencia a la forma de las partículas, las que resultaron mayoritarias tal y como se refleja en la fi-gura 13 fueron los pellets de pre-producción, si bien, como ya se ha comentado anteriormente, su aparición se restrin-gió, fundamentalmente, a 3 playas.

Finalmente, la distribución por colores de partícula, como puede observarse en la figura 14, indica que el blan-co y el ámbar fueron los mayoritarios, si bien en una gran parte de los casos, el color ambarino de las partículas se corresponde con el envejecimiento de partículas que ori-ginalmente fueron blancas o transparentes por su exposi-ción al sol.

3. AGRADECIMIENTOS

Se agradece a todo el personal técnico de las unidades periféricas de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar y resto de personal encargado de la realiza-ción de las campañas su esfuerzo en la recopilación de los datos de ambos subprogramas.

4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

CEDEX (2014). Guía para el seguimiento y determinación de microplásticos en playas. Informe para la Dir. Gral de Sostenibili-dad de la Costa y del Mar. Clave 23-414-5-012

CEDEX (2016). Fase inicial del programa de seguimiento de micropartículas en playas (BM-6). Informe para la Dir. Gral de Sostenibilidad de la Costa y del Mar. Clave 23-414-5-010.

CEDEX (2017). Programa de seguimiento de micropartícu-las en playas (BM-6) – 2016. Informe para la Dir. Gral de Sosteni-bilidad de la Costa y del Mar. Clave 23-414-5-010. Disponible en www.mapama.es

Cózar, A. et al (2014). Plastic debris in the open ocean. Pro-ceedings of the National Academy of Sciences, 111(28): pp. 10239-10244

European Commission, 2013. Guidance on Monitoring of Marine Litter in European Seas. Joint Research Centre.

MAPAMA (2014). Programa de seguimiento de basuras en playas. Informe de resultados 2013.

MAPAMA (2015). Programa de seguimiento de basuras en playas. Informe de resultados 2014.

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OSPAR (2007). OSPAR Pilot Project on Monitoring Marine Beach Litter. Monitoring of marine litter in the OSPAR region.

OSPAR (2009). Marine litter in the North-East Atlantic Re-gion: Assessment and priorities for response. London, United Kingdom.

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